Sexo kinky: descubre el placer… de lo oculto

La sexualidad ofrece muchas opciones y el sexo ‘kinky’ es una de ellas. Es el sexo atrevido, pícaro y un poco salvaje.Sí, ya lo sabemos; esto del sado suena a pervertido. Bueno, sonaba… hasta que apareció la trilogía de 50 sombras de Grey. ¡Menos mal! Estas novelas eróticas han servido para desmitificar lo que el BDSM y el sado light supone en una relación sexual. A algun@s les puede gustar más, a otr@s menos, pero cada vez más gente es consciente de la existencia habitual de estas prácticas, que se han dejado de ver como algo oscuro y reservado para enfermos. Tal vez a much@s les ha picado la curiosidad por probar este tipo de experiencias sexuales pero no se han atrevido por miedo o desconocimiento. Pues bien, en Secretos sabemos que todo es probarlo. Claro, el primer día no vas a tener un cuarto rojo del dolor como el de Christian, el multimillonario protagonista, pero sí puedes iniciarte en prácticas Kinky.

Con una pareja ‘kinky’ nunca sabes qué te depara el día: una batalla campal con almohadas, amor a fuego lento en la cocina, una proposición ‘bondage’ o una sesión apasionada en la ducha. Con ella, las sorpresas llegan solas. ¿A quién no le gustaría añadir en su vida sexual un toque de novedad, pasión y alegría? Lo mejor es que cualquiera, hombre o mujer, puede convertirse en amante ‘kinky’. La única vía es que uno de los dos quiera cambiar. no tiene más exigencia que la imaginación y el deseo de no caer en el bostezo. “La imaginación nos permite crear ese espacio de pasión, fogosidad y deseo. Con ella suprimimos además el pensamiento racional y los dolores de cabeza del día a día”. Y si falla la imaginación, siempre queda el recurso del cine erótico, la recreación de las escenas más excitantes, imitando posiciones, roles, situaciones, juguetitos recorriendo todo el cuerpo, etc. Para hacerse una idea, una mujer ‘kinky’ siempre guarda en su mesita de noche algún aceititotapaojos, una pluma, un juguetito o un liguero. Por su parte, al hombre ‘kinky’ le gusta el juego de palabras obscenas que hagan sentir a su pareja deseada y sexy. Los límites son personales. No hay unas prácticas adecuadas o no, simplemente unas van bien para determinadas parejas y otras no forman parte de sus deseos o de su idea de sexualidad. El primer punto es conseguir que cada miembro de la pareja exprese aquello que desea, su meta a conseguir. Sin juzgar y sin etiquetar. Si no coinciden, hay que intentar buscar un punto medio”. Los involucrados deben estar siempre de acuerdo y cada uno debe dejar claro cuales son sus límites. Se trata de divertirse y hacerlo de manera segura.

Tipos de sexo kinky

 BDSM. juegos de roles dominantes / sumisos hasta fiestas de esclavitud y juegos de dolor. Un antifaz o venda para tapar los ojos de la otra persona es esencial para crear la magia del momento. Así, la persona vendada no sabe lo que el otro tiene entre manos, haciéndolo todo mucho más picante. Junto con esto, el uso de un látigo también puede ser emocionante, empezando con suaves carícias y cada vez más fuerte. Otro producto erótico que está muy presente, sean relaciones kinky o no, son las esposas. Brazalete Esposas Doradas de Lujo. Este artilugio erótico permite a la persona que ata un control total con respecto a la otra durante la relación, haciendo que pueda estimularla, acariciarla o besarla sin que la otra persona pueda tocarla.

 Fantasía y juegos de rol. Una de las formas más comunes de sexo perverso consiste en crear escenarios imaginarios. Podría ser tan simple como hablar de una fantasía en la cama, usar disfraces o tan complejo como representar escenas frente a extraños.

– Fetiches. Uno de cada cuatro hombres y mujeres está interesado en el juego fetiche definido como tratar sexualmente un objeto no sexual o una parte del cuerpo. Los más comunes incluyen los pies y zapatos, cuero o goma.

– Voyeurismo o exhibicionismo. Ver a alguien desvestirse o ver a una pareja tener relaciones sexuales sin su conocimiento son fantasías comunes de voyeur, mientras que tener relaciones sexuales en un lugar público es una forma de exhibicionismo.

– Sexo grupal. Tríos, fiestas sexuales, orgías y más: el sexo grupal es cualquier acto que involucre a más de dos personas. 

Los 10 secretos de un amante ‘kinky’

  • Sabe fantasear, crear imágenes. La imaginación es su materia prima.
  • Tiene claro qué le motiva sexualmente, qué le prende y qué elementos debería incluir en su encuentro íntimo.
  • Se concede el permiso para jugar sin prejuicios.
  • Está dispuest@ a cosas nuevas que le causen placer, le emocionen y le permitan fantasear.
  • Tiene confianza suficiente para expresar a su pareja su deseo de experimentar.
  • Establece las reglas del juego de modo consensuado.
  • Ninguno de los dos lo toma ni como obligación, ni como imposición.
  • No es necesario crear demasiadas expectativas. Es mejor ir creando pequeños retos con los que las dos partes se sientan cómodas.
  • Expresa qué le gusta y qué no, independientemente de lo que la pareja espera y de manera respetuosa y abierta, dejando siempre abierta la posibilidad del “no”.
  • No existe la excusa de la falta de tiempo. Cualquier momento se presta a un gesto pícaro.

¿Cómo introducirse en el mundo Kinky? Por supuesto, el primer paso es desearlo, haber sentido atracción por la sumisión, el dolor o la inclinación por algún fetiche. un deseo por explorar y sentir cosas como perder el control, que nos tiren del pelo y nos digan cosas “sucias”… Hay muchas tendencias a probar y disfrutar. El segundo paso es informarse, algo fundamental en este contexto.

Una vez tenemos claro que queremos experimentar con la sexualidad alternativa, podemos plantear el tema en pareja. Es mejor no probarlo en vivo y en directo sin avisar ni hablarlo antes; cada pareja es un mundo y todo lo que se practica siempre debe contar con el consentimiento de ambos, con unas condiciones claras. Es necesario establecer una palabra clave de seguridad; si no disfrutan todos los participantes, se debe parar el juego, o directamente no realizarse. Hay mil maneras, más o menos sutiles, de hacer entender a nuestra pareja nuestros deseos. Como decíamos, para introducirse al kinky en pareja, y no con un dominante o sumiso ya iniciado, hay que hacer entender al otro que estaría bien probar para comprobar si se comparten los intereses y si las diferencias son reconciliables o no. Una buena solución puede ser probar con un kit de juguetes de BDSM, a diferentes niveles pero principalmente para principiantes.

Imagínate recibir a tu pareja con un disfraz de policía, y con un solo movimiento le pones las esposas… tendrás a tu detenido de rodillas implorando libertad y esperando el castigo merecido.

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